miércoles, 25 de abril de 2012

Estudio Bíblico: Libro de los Hechos de los Apóstoles Capitulo 9


Hermanos este capítulo 9 es de vital importancia para todo el contenido de la fe que nos compete pues narra la conversión de San Pablo, que sin duda es la prueba magistral de la oración y de lo que Dios está dispuesto a hacer porque se cumpla su voluntad aunque el mundo entero se oponga. En este relato hay una fuerte esperanza para aquellos que están orando al Señor sin desfallecer para que haya conversión de vida en alguno de sus seres queridos. Así como el Señor obró en Saulo, así lo hará en aquellos a quienes le pidamos en oración que les conceda la experiencia de que se encuentren con él en el camino de su vida.
El versículo 2 habla de los que habían iniciado el nuevo camino, esto representa a todos los que hemos comenzado esta experiencia de comunidad. Por eso la conversión de Saulo también se da en un camino. O sea que para vivir la vida hay muchos caminos, ¿cuál es el tuyo? Jesús ofrece un camino, es más él mismo es el camino, la verdad y la vida, si lo sigues siempre encontrarás eso mismo que él es: VIDA; si sigues otro camino encontrarás lo que el mundo vive encontrando: desolación, tristeza, amargura, dolor, muerte…
Hay una frase coloquial al respecto de este pasaje que dice: “tumbarse del caballo” con ella se quiere reflejar que el encuentro con el Señor lo baja a uno de la costumbre que tiene de ver y vivir la vida. Cuando Jesús lo tumba del caballo, es tumbarlo de sus seguridades, de aquello en lo que Saulo estaba seguro, de su manera habitual de vivir y resolver sus problemas y el Señor le ofrece otra experiencia completamente distinta, pero para ello lo tiene que FORMAR.
Luego del encuentro con el Señor viene la confusión. Tal vez a ti te esté pasando esto, o te habrá pasado, pero eso hace parte del proceso espiritual para poder desmontar tu tradicional forma de vivir y asumir la de Dios, esto está reflejado en la experiencia de Saulo de quedarse ciego, pero si confías en Dios Y LE OBEDECES, él colocará en tu vida quien te forme en su conocimiento; esto es que estamos haciendo en la COMUNIDAD.
Por eso te suceden “cosas”; el Señor está enviando sucesos y personas a tu vida para que entiendas que es él quien te quiere formar en una experiencia de vida nueva con la que darás testimonio de su presencia en ti y en el mundo. Es particular este detalle: el Señor no uso a uno de sus discípulos o de los Apóstoles para convertir a Saulo, lo hizo a través de un hombre común y corriente, de un creyente. Con esto nos quiere decir que él puede hablarte a través de alguien que no necesariamente tiene que ser quien tú crees o esperas, lo puede hacer a través incluso de quien tu menos lo esperas, pues grande es su poder; además esto nos obliga a estar atentos a todas las situaciones y personas que nos rodean.
Resalto también la importancia de la actitud de Saulo que: “estaba orando” (versículo 11), mientras Dios estaba disponiendo las cosas para que se cumpliera su voluntad en él. Muchas personas quieren que Dios haga cosas por ellos, pero ¿en qué andan esas personas? En sus propias cosas o en las cosas del mundo, pero menos en las cosas de Dios = orar. Nótese también la importancia de la imposición de las manos para transmitir las acciones de Dios; por eso debes entrenarte en ello, pues no solo es importante tu deseo de que Dios ayude a alguien, ni tu oración verbal porque ello suceda, sino que es de vital importancia la imposición de manos y la unción con el aceite en su nombre. Fue después de la oración e imposición de las manos que cambió la suerte y la vida de Pablo, representadas en las escamas que cayeron de sus ojos. ¿No podía Dios hacerlo sin la intervención de Ananías?, ¿No podía Dios hacerlo sin la oración de Ananías?, ¿No podía Dios hacerlo sin la imposición de las manos? Pues claro que sí, de hecho inició el proceso de manera personal sin la intervención de alguno, pero quiere el Señor que sea de esta manera. Así que no te conformes, ni te atemorices pensando: “es que Dios puede hacerlo solo, sin mí; él puede hacerlo sin mi oración, él puede hacerlo sin mi imposición de manos; es verdad que lo puede hacer, pero él quiere que sea de esta manera. Además tú eres quien lo necesita, entonces por qué ponerle también tus condiciones; recuerda que lo que él quiere probar es nuestra: OBEDIENCIA. Hazlo para que veas los alcances de lo que puede hacer por ti, pero solo a través de ti.

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