martes, 24 de abril de 2012

Misericordia y Justicia - Segunda Parte -

Reflexión Eucaristía Sábado 21 de Abril de 2012 


La Biblia dice: “Buscad el reino de Dios y su Justicia y todo lo demás se dará por añadidura” Nosotros normalmente venimos a Dios para que nos conceda lo que él ofrece añadido, nosotros queremos la añadidura, pero no queremos el reino ni su justicia. Pero estas cosas serán añadidas a quienes buscan su reino y su justicia. Si me interesa su reino y busco su reino y busco su justicia, las cosas son añadidas. No dice busquen el reino de Dios y su misericordia, ni el reino de Dios y su gracia, ni el reino de Dios y su favor, dice: el reino de Dios y su justicia. Dios es un Dios justo.
V. 21: “Este pueblo he creado para mí” ¿Para quién fuimos creados? ¿Entonces para quién tengo que vivir? Para Dios. Pero a veces queremos que Dios viva para nosotros, y nosotros no vivimos para el Señor. Dice: “Mis alabanzas publicará”, quizá tu estas en la época en la que acabas de conocer al Señor y tal vez te cuesta un poquito eso de que se aplauda para cantar, levantar las manos para adorar, pero fuimos creados para eso. Todo es justicia. Por ejemplo: cuando habla del reino de Dios y su justicia y las cosas serán añadidas, dice: “¿Por qué te afanas por qué habrás de comer o qué habrás de vestir? ¿Acaso no vale más la vida que la comida? ¿Quién da la vida? = Dios, entonces también va a dar la comida; tranquilos. Y “¿No es más el cuerpo que el vestido? ¿Quién nos dio el cuerpo? = Dios; ¿Quién nos va a dar el vestido?
Dios me dio la vida, y el cuerpo. Son dos cosas distintas. Nosotros tenemos la vida dentro del cuerpo, mientras estamos acá; pero la vida sigue cuando nuestro cuerpo ya no esté acá. Dejamos el cuerpo, pero vamos con el Señor.
¿Si él me dio la vida, para quién la tengo que vivir? = ¿Eso es misericordia o justicia? = Es justicia, eso es justo; si Dios me da la vida, tengo que vivir para el Señor; y también si Dios me dio el cuerpo ¿a quién se lo consagro?
Justicia = quiere que seamos justos, Dios. ¿Quién de ustedes quisiera que sus hijos sean justos? Sigue: “Y no me invocaste a mí, sino que de mí te cansaste, oh Israel, no me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios, no te hice servir con ofrenda ni te hice fatigar con incienso, no compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios; sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados” (Eso se lo ponemos a Dios con placer) “Me fatigaste con tus maldades” Jesús se fatigó. Y dice: “Yo, yo soy el que borra tus rebeliones por amor de mí mismo y no me acordaré de tus pecados”
Cuanto pecado he cometido, el Señor lo borró, lo echó al fondo del mar, nunca más se acuerda de él y soy libre de todos ellos.
Dice acá: “Me cargaste”, Jesús cuando cargó la cruz del calvario, no le pesó tanto el madero como los pecados que iban sobre él. Y dice: “Me fatigaste”. Quiero ilustrar esto: cuando Jesús iba caminando con la cruz, iba (gemir) fatigado por mis pecados, y dice él: “Pero no han sido justos conmigo”, “no me han traído ni siquiera una caña aromática”, “un poquito de incienso” Es tiempo de hacerle justicia a Dios. Es tiempo que su pueblo sea justo con él. Es tiempo que le regresemos todo lo bueno que él nos ha dado y que no le traigamos solo lo malo a él, es tiempo de traerle lo bueno. ¿Cuántos creen que es tiempo de eso? ¿Cuánto tiempo nos cansamos vs cuánto tiempo cantamos y adoramos al Señor? Hay que alabar su nombre, hay que bendecirlo todos los días de nuestra vida.
Mt 11, 28: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados (¿Cuántos sienten alguna carga hoy?) Y yo os haré ¿qué? = Descansar. Para que Jesús nos provea de descanso tenemos primero que estar cansados. O sea para tener el honor de estar en los brazos del Señor descansando primero tuvimos que habernos cansado de algo, así que tu cansancio anuncia el honor que tendrás de descansar en los brazos del Señor, pronto. No me refiero a irte ya con el Señor. Dice "llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es ¿qué? = fácil y ¿ligera mi? = Carga".
El yugo es fácil y su carga ligera. Ahora digan todos: Intercambio La ley de intercambio rige todas las escrituras. Si tú haces, yo hago; si tú no haces, yo no hago. ¿Cuál es el problema de la injusticia? Que todos queremos que Dios haga, pero nosotros no hacemos. La oración del justo puede ¿qué? = mucho, pero no dice los buenos deseos, el solo pensarlo; sino ¿hay qué? = Orar. La oración del justo ¿cuánto puede? = Mucho y la del injusto ¿cuánto podrá? = Nada. Por lo tanto hay que practicar justicia para que mi oración sea efectiva. Si yo practico justicia a la hora de orar soy efectivo en lo que oro. Pero atención a esto: Dice la palabra del Señor: “Vengan a mí los que están cargados” y nosotros creo que hemos cometido un error, los predicadores porque le hemos enseñado a la gente a traer al Señor solo las cargas. Está bien, puede traerlas, puedes venir al altar y dejar tus cargas allí, perfecto. Pero te tienes que llevar algo. Y ¿qué es lo que me llevo? = La de él. El que quiera dejar de estar cargado tiene que hacer un intercambio de cargas. No es: le traje la carga al Señor y ya; y él: eh, eh, eh, y ¿qué te vas a llevar? = Nada, yo ya te traje la carga. No, ahora te vas a llevar la mía, porque lo único que hace que tus cargas personales, familiares, económicas, relacionales, ministeriales, cualquier carga que puedas tener; esa carga se aliviana si yo intercambio la carga, el peso. O sea digo: “Señor, aquí está mi carga” y Jesús te dice: “Y aquí está la mía” ¿Cómo así? Es que la mía es ligera y mi yugo es fácil; el yugo que tú tienes no es fácil y la carga que tú llevas no es ligera. Yo me voy a quedar con las pesadas, pero tú te llevas las ligeras. Yo me quedo con lo difícil pero tú te llevas lo fácil.
Cuando nosotros empezamos a vivir para el reino, para que otro conozca al Señor, para que alguien más sea sano, para que alguien más sea restaurado, para que el reino se exprese, para que las cargas de Jesús encuentren otros hombros, entonces Jesús toma las tuyas y la que te da es liviana. Y yo quiero terminar con mis cargas, pero no llevar las de él. Yo ya hice el intercambio de mis cargas con las de él, por eso es fácil sacar adelante proyectos como este que para muchos es tarea imposible. Tú no puedes dejar de estar cargado sin cargarte, solo tienes que venir hoy a cambiar tu carga con el Señor. Pero si tu hoy dijeras: “Señor, yo me llevo tu carga; hoy mismo en la tarde, mañana, yo le empiezo a hablar a alguien de ti, Señor, porque esa es tu carga; es la humanidad. Yo empiezo a orar por alguien que está necesitado, le voy a ofrecer consuelo al que no lo tenga, voy a hacer el trabajo que tú quieres que yo haga, mira: vas a pasar tan concentrado si dejas que el reino te absorba que no vas a sentir tus cargas porque él ya se las llevó. ¿Cuántos quieren intercambiar cargas hoy?
Pero es intercambiar, no creas que solo vas a dejar acá la tuya y te le vas a escabullir: Señor, mi carga es muy pesada y la tuya es ligera, mi yugo es difícil y el tuyo es fácil; te doy lo mío, tomo lo tuyo. Amén. Eso es Justicia.
¿Qué es lo que estoy tratando de enseñar con todos estos pasajes? Es justicia. Por misericordia tú vienes y le dices: Señor, ten misericordia, acá está mi carga y Dios te dice: “Muy bien, tendré misericordia contigo, pero se justo; llévate la mía”. No tenemos ni idea de lo que habrá de venirnos a causa de la justicia de Dios. Seamos justos con él, que él tiene misericordia de nosotros. Cuando nosotros tenemos misericordia de alguien, él es justo con nosotros. Misericordia y justicia sufren una transacción entre ellas todo el tiempo; yo tengo misericordia, él es justo; él es misericordioso conmigo, yo debo ser justo con él. Entiendes: Viene la misericordia, va la justicia; viene la justicia, va la misericordia. Así tenemos que ser con nuestro Señor.
¿No crees que sea justo? “Dios me ha dado de comer, voy a ser justo; voy a traer comida para el que no tiene”, “invertir tu dinero en una obra social; Dios me ha dado, voy a ayudar a quienes no tienen” Es justicia. Uno de los profetas decía: “Solo estás cosas demanda el Señor; que hagan justicia, que tengan misericordia y que hablen verdad” Creo que es tiempo que la Iglesia del Señor madure y en vez de pedir misericordia por todo, empecemos a brindar justicia.
Heb 6, 10: “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra No importa qué hayas hecho, Dios no es injusto para olvidarse de ello. Si por alguna razón, en algún momento dejaste de servir, o está en pausa tu ministerio, déjame decirte que cualquier cosa que hayas hecho para el Señor, Dios no es injusto para olvidarse de ella. Lo que hayas hecho, cuando lo hayas hecho. Y dice: Él no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún, pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas; porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: de cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente ¿Saben por qué lo va a hacer? = Porque ¿Qué es él? = Justo, y ha dicho: “He jurado bendecirte con abundancia y multiplicarte y la razón es que yo no soy injusto para olvidarme de una sola cosa que hayas hecho por mi obra".
Busca el reino de Dios y su ¿qué? = Justicia, y lo demás será ¿qué? = añadido. Viene la añadidura, pronto la vas a ver.
Prov 22, 4: “Riquezas, honra y vida, son la remuneración de la humildad y del temor de Dios” El que teme a Dios y es verdaderamente humilde tendrá riquezas, honor y vida. Lo que Dios está diciendo es que te dará riquezas de forma honorable sin que pierdas la vida. A veces queremos riqueza perdiendo la salud, esa no es la que viene de Dios; riquezas de forma deshonesta, esa no es la que viene de Dios; la riqueza que viene de Dios es la riqueza que se hace de forma honesta y que por ella no perdemos la vida. Esa es una recompensa del temor de Dios y de la humildad. Digan conmigo: Remuneración ¿Una recompensa se da por misericordia o se da por justicia?
Dt 28, 1ss: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz del Señor, tu Dios, para poner y guardar por obra todos sus mandamientos, que yo te prescribo hoy; también el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra y vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán y si oyeres la voz del Señor, tu Dios bendito serás en la ciudad y en el campo” Ojo: “Si oyeres atentamente la voz de Dios” escucha la palabra de Dios atentamente. “Bendito serás tú en la ciudad y bendito tú en el campo, bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas, los rebaños de tus ovejas, benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar, bendito serás tú en tu entrar y bendito en tu salir; Dios derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti, por un camino saldrán contra ti y por siete caminos huirán de delante de ti; el Señor te enviará tu bendición sobre tus graneros y sobre todo aquello en que pusieres tu mano y te bendecirá en la tierra que el Señor, tu Dios, te da. Te confirmará el Señor por pueblo santo, suyo, como te lo ha jurado cuando guardareis los mandamientos del Señor, tu Dios y anduvieres en sus caminos; y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre del Señor es invocado sobre ti y te temerán y te hará el Señor sobreabundar en bienes, el en fruto de tu vientre, en el fruto de tus bestias, en el fruto de tu tierra, en el país que el Señor ha jurado a tus padres, que te había de dar. Te abrirá el Señor su buen tesoro del cielo para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda obra de tus manos y prestarás a muchas naciones y tú no pedirás prestado ¿Cómo les parece?
Prestarás, pero no tomarás ¿qué? = Prestado. ¿De qué lado queremos estar: del que pide prestado o del que da prestado? Sigue:Te pondrá el Señor por cabeza y no por cola; estarás encima solamente y no estarás debajo. Si obedecieres los mandamientos del Señor, tu Dios, que yo te ordeno hoy para que los guardes y cumplas y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy ni a diestra ni a siniestra para ir tras dioses ajenos y servirles” Dios quiere bendecirte.
Las bendiciones de Dios me alcanzarán por justicia. Si tú haces lo que él dice, tú recibes lo que él ofrece. ¿Amén?
Dios nos ofrece tantas bendiciones, pero Dios sería un Dios injusto si no ofreciera la otra parte: verso 15: “Pero acontecerá si no oyeres la voz del Señor, tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas las maldiciones y te alcanzarán Te andan buscando las bendiciones y te andan buscando las ¿qué? = Maldiciones. Si tú eres justo y haces lo que Dios hace, te agarran las bendiciones; si no lo haces te agarran las maldiciones. Y Dios permanece ¿qué? = Justo.
La justicia de Dios es de lo más hermoso que Dios tiene; es tan confiable un Dios justo. Sé qué esperar de él y sé qué no esperar de él. Y dice la escritura acá: Maldito será tú en la ciudad y maldito en el campo, maldita tu canasta y tu artesa de amasar, maldito el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, los rebaños de sus ovejas, maldito serás en tu entrar y maldito en tu salir y el Señor enviará contra ti la maldición quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres hasta que seas destruido y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado. El Señor traerá sobre ti mortandad hasta que te consuma de la tierra en la cual entras para tomar posesión de ella. El Señor te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor; con sequía, con calamidad repentina y con añublo (eso no sé qué es, pero debe ser horrible porque ni lo entiendo) y te perseguirán hasta que perezcas (si las que entiendo están malas, esta debe ser malévola) y lo ídolos que están sobre tu cabeza serán de bronce y la tierra que está debajo de ti será de hierro. Dará el Señor por lluvia a tu tierra polvo y ceniza, de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas. El Señor te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos y por siete caminos huirás de delante de ellos y serás vejado por todos los reinos de la tierra Y hay más que mejor ni les leo.
Justicia: lo bueno y lo malo. Pero si buscamos su reino y su justicia, las demás cosas serán ¿qué? = añadidas.
Mal. 3, 7: “Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes (lo que dice Deuteronomio) y no las guardasteis. Volveos a mí y yo me volveré a vosotros ha dicho el Señor; más dijiste: ¿en qué hemos de volvernos?
Regresemos al versículo 6: “Porque Yo, el Señor, no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos ¿Eso es por misericordia o por justicia? = Misericordia, porque tenían que haber sido hasta consumidos, pero como respondemos a la misericordia, ¿con qué? = Con justicia. El ha tenido misericordia de nosotros, por eso no hemos sido consumidos, de lo contrario ya ni existiríamos. Todos nuestros actos deben de ser ¿de qué? = de justicia. Cuando el Señor dice:Honra padre y madre para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra, es porque es justo; la que nos llevó en su vientre, la que nos dio a luz, la que nos cuidó la fiebre, la que nos limpió los pañales, nuestros padres que nos tuvieron paciencia, que se esforzaron, se enfermaron muchas veces en su afán por trabajar y darnos de comer, es justo que reciban nuestra ayuda económica para que puedan sobrevivir. Honra a tus padres y bendícelos todo el tiempo. ¿Cuál es el problema? = Quiero las bendiciones de Dios, pero no soy justo con él. No puedo yo pedirle a Dios que me siga bendiciendo si soy injusto con él. ¿Cuántos vamos a ser justos con el Señor?, Y ¿Misericordiosos con la gente? Y ustedes van a tener esa transacción de misericordia y justicia siempre. Eso es vivir en el reino. ¿Amén?
Señor, gracias por tu misericordia y tu justicia; haré justicia, tendré misericordia y las señales tuyas y las bendiciones me van a alcanzar. Amén.

Misericordia y Justicia - Primera Parte -

Reflexión Eucaristía Sábado 14 de Abril de 2012


Dios, por misericordia, nos perdona; pero con su justicia nos recompensa. Dios puede por misericordia abrirte una puerta, pero te la mantiene abierta por su justicia, por ejemplo: te dan una nueva oportunidad en tu trabajo, en tu empresa, y una vez se abre la oportunidad (que Dios tuvo misericordia), pero si de ahí tú haces un mal trabajo, la justicia no te va a dejar seguir más adelante. Pero si haces un buen trabajo, la promoción va a venir. Dios no es solo un Dios de misericordia, como siempre lo hemos conocido, y nosotros apelamos para todo solo a su misericordia, pero cuando caminamos el camino de la justicia podemos estar plenamente seguros de que Dios te habrá de bendecir.
La palabra de Dios dice así: “El que al pobre da, a Dios le presta” y también dice: “Él es justo para devolver más de lo que le dimos” Seguramente quien hace misericordia con algún pobre dirá: “Señor, yo sería incapaz de cobrarte a ti”, y el Señor le dirá: “Yo sería incapaz de no pagarte” y entonces uno termina concluyendo: -Nunca el Señor se dejaría cobrar, siempre paga a tiempo. Él no está diciendo a sus hijos: “Díganle que no estoy”, “Que llame más tarde”. Él es Justo.
Mt 20, 1-16: (1)Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña (Esto no está sucediendo en los cielos, sino que el reino de los cielos, es el reino que funciona de acuerdo a los principios de Dios, pero que opera aquí en la tierra = EMBAJADAS. El reino de los cielos opera aquí en la tierra, pero no opera bajo las reglas que los hombres han puesto aquí en la tierra, sino bajo las leyes del propio reino de Dios; por lo tanto si nosotros apelamos a las reglas que Dios dice, estamos haciendo operar el reino que Dios dice aquí en la tierra. Entonces él narra una parábola de algo que pasa aquí en la tierra, pero que es del reino de los cielos). (2) Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. (3) Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; (4) y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. (5) Salió otra vez cerca de las horas sexta y nona, e hizo lo mismo. (6) Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿por qué estáis aquí todo el día desocupados? (7) Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. (8) Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. (9) Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. (10) Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. (11) Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, (12) diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. (13) Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? (14) Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. (15) ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? (16) Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son los llamados, más pocos los escogidos
* Debo aprender a recibir lo que es Justo. Esa palabra debe salir desde aquí adentro: Lo que es ¿qué? Justo.
A los últimos que llamó nunca les dijo cuánto iban a ganar, solo les dijo: “vayan y les voy a dar lo que es justo”. Era lógico que los que llegaron desde la mañana pensaran que debían de recibir más. Al recibir su pago murmuraban contra aquel hombre al que creían injusto.
Quiero que noten esto: a los postreros el Señor los probó de primero. A estos los probó cuando los contrató. Les dijo: “Vayan y les voy a dar lo que es justo”. Yo creo que uno le dijo a otro: “¿Y para qué vamos a trabajar solo una hora? -No importa, tenemos trabajo. Una hora, aunque sea la doceava parte de un denario lo que nos ganemos. Porque el denario, normalmente era el salario mínimo de un día de trabajo. Los probó cuando los contrató. Pero a los de la primera hora los probó cuando les pagó. Dios siempre prueba nuestro corazón por qué le servimos. Entonces probó a los dos. Recuerden que en astucia no hay quien le gane al Señor. Le dice al mayordomo: empiece a pagar por los últimos, ¿qué estaba buscando? Una reacción en el corazón, porque no sabía verdaderamente por qué trabajaban los primeros, pero sí sabía verdaderamente por qué trabajaban los últimos; los últimos trabajaban agradecidos que tenían una oportunidad, los primeros trabajaban por un contrato que le firmaron.
Viene él y hace un contrato con los primeros: “Nosotros trabajamos en su viña si nos paga un denario”, “No hombre, venga yo les quiero explicar…”, “No, si usted quiere que yo trabaje; es un denario”, “Ah, está bien, firmemos el contrato, un denario al día”. Después que sale y ve a los desocupados los invita a que trabajen en su viña: “les voy a dar lo que sea justo”. Los primeros confiaron en un contrato, los segundos confiaron en la justicia. Los últimos confiaron en el contratista, los primero desconfiaron del hombre justo y pidieron un contrato.
Lo voy a decir de otra forma: Los últimos fueron a trabajar confiando en que el hombre que los contrataba les iba a dar lo justo. Él es justo, él sabe lo que nos va a dar; los primeros dijeron: “No, aquí mejor de a denario al día” entonces cuando llegó el momento de pagar, el Señor de la viña dice: “Ah, ya yo sé por qué trabajan los últimos, pero no sé por qué trabajan los primeros. Páguenle de primero a los últimos. ¡Y brincó la liebre!, brincaron los primeros y dijeron: Seguramente si les dieron un denario por una hora a nosotros nos van a tocar más y cuando llegó el momento recibieron lo mismo y murmuraron contra el que les pagó. ¿Por qué murmurar contra el que te da lo que Dios te envía?, ¿Por qué murmurar contra los instrumentos que Dios usa para bendecirnos?, murmuraron y sacaron lo que tenían en su corazón; y cuando sacaron lo que tenía en su corazón viene el Señor de la viña y pone orden: “Hey, un momento, oye amigo, yo no te hago agravio, yo no soy injusto, no pactaste conmigo, no firmamos un contrato por un denario, pues toma lo que es tuyo y vete, le dijo”
Ese: “¡vete!” suena a: “no vengas mañana”. No es: “toma lo que es tuyo y aquí te espero mañana”, es: “toma lo que es tuyo y vete”, “malagradecidos en mi viña, yo no quiero”, “murmuradores por lo que pago, tampoco” Señores: todo murmurador contra la justicia de Dios, termina afuera. Y entonces les da un denario también a los que trabajaron una sola hora. ¿A quién creen ustedes que contrató para el día siguiente el Señor? = A los últimos y a los de las otras horas, ¿verdad que sí? ¿Era este hombre justo? = Pues si lo justo era darles un denario por una hora ¿cuánto les pagó al día siguiente por doce? = Doce. Es que este no pagaba salario mínimo. Pero se ganaron los doce al día siguiente los que creyeron que él era justo.
Ahora: ¿Por qué Dios no te ha dado más? = Porque no lo has creído justo. ¿Por qué a mí Dios mío? ¿Por qué me pasa esto a mí? = Eso es una blasfemia. En vez de decir: “Señor, tú sabrás por qué; me estás preparando para algo más grande” Háblale a tu ser de la justicia de Dios. Dios es justo, mi Dios es justo, se que hará justicia…
Mt 19, 27: “Entonces respondiendo Pedro le dijo: -He aquí nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué pues tendremos? El no pidió nada a cambio de seguirlo, pero si preguntó qué habría de tener por haberlo seguido. ¿Por qué hizo la pregunta? Porque sabía que Jesús era justo, que Jesús estaba viendo que estaban dejando todo por su causa y que no los iba a recompensar. Por eso el tema de la justicia de Dios: Buscad el reino de Dios y su… Justicia. No dice: “Buscad el reino de Dios y su misericordia”,  aunque recibimos su misericordia, no dice: “buscad el reino de Dios y su favor”, aunque recibimos su favor, dice: “Busca el reino de Dios y su justicia y ¿todo lo demás se les dará por?... Añadidura. Dios añade por justicia. Entonces él dice: “¿Qué habremos de tener?
Mc 10, 29: “De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado: casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras (no solo es gente, cosas materiales también) por causa de mí y del evangelio, que no reciba ¿qué? = Cien veces más ahora en este tiempo. Que recibirá casas, hermanos, hermanas, padres, madres, hijos y tierras con persecuciones y en el siglo venidero la vida eterna = Eso es ser justo.
Ahora, deje la vida eterna para allá, dice: -En el siglo venidero, la vida eterna; pero aquí recibirás cien veces más.
Pedro le pregunta: “¿qué tendremos?” Y Jesús no dijo: “¿Ah, interés cuánto vales?” No, él creyó justa la pregunta. ¿Por qué Jesús es qué? = Justo. A él no le preocupan las preguntas de justicia. ¿Por qué? Porque él es justo. “Pedro, está bien lo que me estás preguntando; has dejado todo por mí y me preguntas ¿qué habrás de tener? Yo te voy a decir: No ha habido ninguno, -le dijo. Quiere decir que esta es una ley universal, no era una ley solo para Pedro, también es para nosotros: No hay ninguno y de seguro no lo habrá que por mí y mi causa haya dejado algo que no reciba cien veces más aquí en la tierra. Eso es el reino de los cielos operando en la tierra.
Mt 5, 10: “Bienaventurados lo que padecen persecución” ¿Dijo Jesús que serían perseguidos? ¿Dijo Jesús: -cien veces más con persecución? Muy bien, “Bienaventurados los que padecen ¿qué? = Persecución por causa de la justicia”. No dice que te persiga la justicia, esos no son bienaventurados. “Bienaventurados aquellos que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los ¿qué? = cielos”.
Ellos están operando con las reglas del reino de los cielos aquí en la tierra. 
Dios no puede hacer injusticia, sencillamente porque en su esencia está ser justo. Señor ¿Por qué nos vas a dar cien veces más acá en la tierra? Porque soy justo. Ni modo que tú me vas a amar dejando todo y yo no te voy a amar devolviéndote cien veces más. Soy justo. Nada más te aclaro, va a ser con persecución. Y entonces dice en Mt 5: 10: “Bienaventurado eres cuando te persigan por causa ¿de la? = Justicia. ¿De cuál justicia? = La que hice. ¿Cuándo la hiciste? Cuando dejes todo y te de cien veces más. Si Jesús no es justo con Pedro que lo dejó todo, ¿con quién podría ser justo? Él fue justo con Pedro para enseñarnos a nosotros que es justo con todos.
Oración: “Señor, gracias porque toda mi vida he visto tu justicia en mi vida y estoy por verla más fuerte que nunca. La justicia de tu reino en mi vida, aquí en la tierra” Amén.