Este
capítulo 12 nos narra un suceso extraordinario; el de la liberación de Pedro,
que estaba en la cárcel, por parte del ángel del Señor. Notemos los elementos
que conforman el relato. Cada vez es más grande la acción de Dios y los
prodigios que realiza, lo que nos permite confirmar aquello que en momentos
hemos expresado: que una vez que empieces a descubrir el amor de Dios en los
pequeños milagros de cada día, te irás preparando para verlo actuar en las
grandes cosas (el que es fiel en lo poco, será fiel en lo mucho).
Cuando el
ángel del Señor se presenta delante de Pedro para liberarlo, él obedece a todo
lo que el ángel le ordena hacer; es por esto que yo tanto les insisto sobre la
actitud de obediencia que debemos tener para con el Señor que nos habla a
través de otros y probará siempre que le seamos obedientes, no importa lo
ridículo que a veces te parezca lo que él te pide, piensa que no hay otra forma
de probarte en la obediencia sino haciendo cosas que, en ocasiones parecen
absurdas o conflictivas. Recuerda que por el efecto de tu obediencia Dios podrá
hacer luego realidad sus planes para contigo.
Otra
actitud importantísima es que la comunidad de creyentes estaba haciendo lo que
tenía que estar haciendo; orar, y esto queda denotado en que cuando Dios estaba
actuando a favor de Pedro los demás estaban reunidos en oración, aunque no
supieran lo que Dios en ese momento estaba haciendo. Me explico: hay gente que
cuando ora es porque cree que Dios en ese momento se tiene que poner a hacerles
caso en lo que piden. ¡No!. Uno ora para que se cumpla su voluntad y no la de
uno, uno ora aunque en el momento le parezca que Dios no está actuando. Dios es
dinámico y siempre está actuando, aunque usted no lo vea, él está moviendo
corazones, está alineando situaciones para que todas confluyan en su plan, pero
aunque usted no lo vea, créale. Eso es fe y repita: SEÑOR,
AUNQUE MIS OJOS NO ESTÁN VIENDO LO QUE ESTÁS
HACIENDO, YO SE QUE SIEMPRE ACTUAS Y SE QUE POR MI ORACIÓN Y LA DE MI COMUNIDAD
TU ESTÁS DISPONINEDO TODO PARA QUE MUY PRONTO MIS OJOS LO PUEDAN VER. Amén.
Así
es como se vive en fe. Creyéndole a él y no solo a tus sentidos.
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