El
capítulo 13 inicial mostrando los diferentes dones y carismas que tenían los
miembros de la comunidad y como todos los ponían al servicio de todos. Espero
que tú estés descubriendo cuáles son tus dones, que el Señor te haya dado y que
los pongas al servicio de la comunidad. Mientras tú estés haciendo lo que debes
estar haciendo el Señor podrá manifestarte cuál es la tarea que tiene pendiente
para ti, como lo hizo con Saulo y Bernabé y la comunidad ratificó lo que el
Espíritu de Dios mandaba, imponiéndoles las manos como señal de compartir la
misión que Dios les encomendaba.
Una de
las características primordiales de quien hace la voluntad de Dios, son los
signos y señales que le acompañan. No debemos extrañarnos de esto, pues Jesús fue
muy enfático en los evangelios cuando les dio la orden a los discípulos de que
fueran en su nombre a hablar a las gentes. La orden fue: “Id y proclamad la
buena nueva, bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…
y continúa: Estas serán las señales que los acompañarán: en mi nombre
expulsarán demonios, impondrán manos a los enfermos y serán sanados, si tomaran
un veneno mortal no les hará daño…, en fin, actos semejantes a los que él hizo
y que podrían ser aún mayores como él mismo lo dijo. Pero ¿quiénes podrán hacer
esto?, los que sean dóciles a su voluntad, obedientes, y que estén HACIENDO LO
QUE DEBEN ESAR HACIENDO.
No sé por
qué en este momento el Señor me está haciendo hincapié en esta frase, debe ser
porque hay alguno por ahí que está haciendo lo que no debe, o peor aun dejando
pasar el tiempo sin hacer nada de lo que conviene y edifica a la persona misma
y a la comunidad.
En el
discurso de Pablo a los judíos notamos un paralelo con la predicación de
Esteban. Pablo narra la historia de la salvación que ha experimentado el pueblo
de Israel y quiero que se detengan en el versículo 22 en el cual Dios habla al
darle a Israel el rey que pedía y Dios deja claro la razón por la cual escogió
a David: “He encontrado a David, hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, que
realizará todo lo que yo quiera” Sí mi querido amigo(a) esa es la cualidad que
Dios más admira en todo ser humano; la docilidad a la voluntad de Dios y no a
la suya propia. No sea usted de los que le dicen al Señor que se haga su
voluntad siempre y cuando se parezca a lo que usted piensa o quiere. Eso no es
humildad, eso es soberbia, por eso a veces no pareciera que Dios nos escuchara.
A través
de la predicación de Pablo, Dios despertó el interés en los oyentes para que
quisieran saber más; así mismo lo hará contigo cuando venzas tus temores de
hablar de él. Él es quien se encargará de despertar en los corazones de quienes
te escuchen el deseo de cambiar y experimentar el inmenso amor con el cual él
ahora te ama a ti.
Alguien me
ha preguntado acerca de qué decir o cómo decirlo; le he contestado que no se
trata de pararte en un lugar público y dar grandes voces para que te oigan. No,
cerca de ti, más de lo que te imaginas hay alguien necesitado de oír lo que tú
has oído y de creer como tu estás creyendo; a esos es a los que Dios, en
primero lugar te está mandando. Tal vez es tu familia, un amigo cercano, no sé,
invítalo a orar contigo cuando hagas la lectura del capítulo de cada día y
seguramente tu tendrás más luz que él (ella) y le serás de consuelo.
Cuando el
Señor les dio la orden de que iniciaran la predicación a sus discípulos, les
dijo que empezaran en Jerusalén; esto quiere decir en casa. Porque de allí fue
de donde partió todo el anunció hacia todos los pueblos luego.
Otra de
las cosas que tu puedes hacer es formarte convenientemente en los grupos que
hemos formado y en los cuales aprenderás a manejar diferentes circunstancias de
la vida en lo referente a: proyecto de vida, relaciones amorosas, formación de
los hijos y el hogar, en fin no solo se trata de evangelizar con la palabra,
también es formar para la vida y esto también lo puedes compartir con las
personas que Dios te ponga en el camino.
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