miércoles, 9 de mayo de 2012

Estudio Bíblico: Libro de los Hechos de los Apóstoles Capitulo 23

Este capítulo 23 va a narrar el cumplimiento de lo que el ángel del Señor le había anunciado a cerca de su visita a Jerusalén. En ella se iban a cumplir algunas escenas que se asemejan a las que padeció Jesús cuando fue arrestado y llevado ante el tribunal. De hecho las respuestas de Pablo son iguales a las de Jesús como lo narran los versículos del 2 al 4 en la escena de Ananías, sumo sacerdote que le manda pegar en la boca de la misma manera que a Jesús le dieron una bofetada diciéndole: “Así contestas al sumo sacerdote”.

Estos elementos ratifican lo que hemos hablado en la eucaristía del pasado sábado y que fue motivo de una de las reflexiones pasadas sobre el tema de las personas a las que consultas para que te aconsejen. Recordemos que el espíritu ya le había revelado a Pablo lo que le esperaba en Jerusalén y también le reveló a los fieles de Tiro que le advirtieran a Pablo que no fuera a Jerusalén, sin embargo Dios estaba probando a Pablo para ver si le hacía más caso a las revelaciones internas que el espíritu le suscitaba en su corazón o a las insinuaciones de los demás así vinieran del mismo espíritu.

El capítulo del día de hoy ratifica que solo por Pablo hacerle caso a lo que el espíritu le inspiraba en su corazón fue que pudo salir librado de la situación amarga por medio de los instrumentos que Dios decida utilizar.

Los versículos 23 al 25 parecen exagerados para custodiar solo a un hombre, ni siquiera a Jesús le tuvieron que hacer tal guardia; creo que lo que podemos reflexionar de esta escena es que Dios no se mide en auxilios y ayudas cuando tú has encontrado la forma de serle grato. ¿Cuál es esta forma? No me cansaré de repetírtela = SE DÓCIL A SU ESPÍRITU Y OBEDÉCELE; DÉJATE LLEVAR Y CONDUCIR POR ÉL como lo hizo Pablo.

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